Autor: José Miguel González

El cáncer en la infancia ha sido siempre uno de los temas que más preocupación ha provocado en la sociedad, siendo el tema principal de numerosas investigaciones en busca de soluciones. Sin embargo, no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo que los estudios se han centrado también en las secuelas que tal enfermedad causa en este sector de la población dado que las tasas de supervivencia de niños que padecen cáncer no empezaron a incrementarse hasta hace poco.

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¿Sabemos cuáles son dichas secuelas? ¿Nos hemos parado a pensar en el cambio que se da en la vida de estos pequeños guerreros tras pasar por todo tipo de tratamientos? Y, la pregunta más importante: ¿desencadena el cáncer en temprana edad trastornos a nivel lingüístico-cognitivo? Un grupo de expertos en el área de Adquisición del Lenguaje han intentado dar respuesta a esta pregunta en su artículo Cognitive and Language-Based Disabilities of Children Diagnosed with Cancer (Álvarez-Benito et al., 2019) analizando la comprensión verbal, el razonamiento perceptivo, la velocidad de procesamiento, la capacidad pragmática, la producción oral y la memoria de trabajo de estos niños. Aplicando metodología de análisis cuantitativa y cualitativa, el grupo de investigadores buscaba encontrar si había secuelas cognitivas y del lenguaje en niños que recientemente habían superado el cáncer.

La población del estudio fue reducida debido a tres razones: falta de madurez de los participantes para someterlos a evaluaciones cognitivas y lingüísticas, la mala condición física de algunos de los niños e incluso el fallecimiento de algunos. Finalmente, se eligieron 12 participantes entre los 6 y los 14 años de edad que habían sido operados de un tumor en el Sistema Nervioso Central.

¿Cuáles fueron los resultados de esta investigación?

A pesar de que el profesorado de estos niños no reconocía ningún problema cognitivo-lingüístico con anterioridad a la operación, varios fueron las dificultades en el lenguaje detectadas. El análisis tuvo en cuenta los niveles fonológico, léxico-semántico, estructural/sintáctico, pragmático y el lenguaje no verbal. Estas dificultades se dividieron en “problemas en la recepción de la lengua” y “problemas en la producción de la lengua”.

Los resultados muestran:

  • Problemas para entender ambigüedades estructurales y léxicas.
  • Problemas en la comprensión de oraciones complejas.
  • Problemas de acceso al léxico.
  • Problemas a la hora de articular palabras (cambio de consonantes en su posición original – tanto sintagmática como paradigmáticamente)
  • Usos incorrectos de palabras según el contexto

¿Qué dificultades mostradas por los niños participantes en el estudio pertenecen a los problemas de recepción de la lengua? Encontramos, pues:

  • Que 11 de los 12 participantes tenían dificultades para interpretar oraciones complejas, ya que los niños no identificaban bien la relación entre la oración principal y la subordinada.
  • Y que los participantes mostraban gran esfuerzo a la hora de entender oraciones que no seguían el orden sintáctico tradicional.
  • En cuanto a la percepción pragmática, observaron que 8 de los 12 participantes no eran capaces de comprender el significado implícito, connotativo o indirecto de las expresiones.

En “problemas de producción del lenguaje” 5 de los 12 participantes intercambiaban consonantes en las palabras lo que también es conocido como trastrueque. Así, por ejemplo, decían marandina en lugar de mandarina o, blota de plástico en lugar de bota de plástico. A veces se producían también cambio de sílabas “calabao” en lugar de “bacalao”. Los problemas en el campo del léxico fueron los más notorios, como se pudo comprobar en 10 de los individuos, que parafraseaban frecuentemente cuando no podían acceder a una palabra o recurrían a técnicas de sustitución o al uso de gestos. La mayoría de ellos evitaban el contacto ocular, evitaban mirar a los ojos de la persona que conversaba con ellos.

Las dificultades basadas en el lenguaje que se encuentran en este estudio apuntan claramente a problemas en las habilidades de interacción social: la falta de contacto visual de los niños, su uso innecesario de los imperativos sin ajustar su habla a la edad de su interlocutor, sus dificultades en acceso léxico, la excesiva franqueza que podría entenderse como falta de cortesía, o simplemente el hecho de no reconocer que tienen problemas para entender pero siguen hablando de cualquier cosa relacionada con el tema mencionado son indicadores de sus problemas de comunicación.

¿Están estas dificultades mencionadas anteriormente relacionadas con trastornos cognitivos? En efecto, sí que lo están, especialmente la velocidad de procesamiento. Las bajas puntuaciones en habilidades cognitivas, principalmente en la velocidad de procesamiento, evidencian una posible ralentización en su aprendizaje. Esto significa que necesitan más tiempo para la realización de tareas o de un examen. Sus principales dificultades probablemente no sólo están relacionadas con la comprensión de la estructura del lenguaje, sino con su capacidad para establecer relaciones entre lo que se ha escuchado, la reacción esperada, cómo expresarlo y el mejor momento para hacerlo. Es, sin duda, un proceso complejo que implica muchos factores que impone una carga cognitiva a estos niños y que requiere ser considerado por padres y maestros.

Artículo reseñado: Alvarez-Benito, Gloria & Fernandez-Corbacho, Anali & Herrero, Francisco & Fonseca-Mora, Carmen. (2019). Cognitive and language-based disabilites of children diagnosed with cancer. ZBLIŻENIA CYWILIZACYJNE  XV, 2, 12-36

DOI: http://dx.doi.org/10.21784/ZC.2019.009